Hay pocos discos que no sean de metal extremo que de veras me dejen perpleja.
Éste es uno de ellos. Y es que la delicadeza, la pomposidad, lo épico y el misterio que cada canción irradia, irradia también Genio. Advertencia: si buscas potencia y dinamismo, mejor abstenerse de ello por ahora y buscarlo en trabajos como los de Haggard en su Eppur si Muove, por ejemplo, claro, si buscas aquellos elementos en bandas de metal sinfónico: éste caso concreto, no lo es.
Desde Suecia-para variar-, Therion durante su época de apogeo, nos reveló un disco que muchos oyentes ajenos al metal sinfónico, o bien no lo logran digerir, o que es mal interpretado o simplemente: no lo saben escuchar.
Compuesto de once temas-y una versión que consta de trece, pues trae unos bonus con covers a Abba(Summernight City) y a Scorpions(Crying Days)-, Therion, y su mente brillante, Christofer Johnsson, en esta entrega, nos revela delicadeza en estado semi-puro.
Es un disco armónico, totalmente equilibrado y a veces suave: en ese sentido es más renacentista-si es por usar algún concepto-, que sus predecesores, Deggial, y es también, algo más Orquestado que Vovin, pero menos pesado que Theli: por lo menos para mí, es Metal Sinfónico inspirador.
La temática que nos presenta es el Árbol de los Mundos de la mitología nórdica, Yggdrasil: un viaje místico por cada uno de sus nueve mundos: sus entrañas, misterios y secretos.
Ginnungagap (The Black Hole) (Prologue), es un gran comienzo: guitarras secas, estribillos cortantes y los arreglos orquestales realmente inefables. Coros y voces que resuenan con un claro bajo al ritmo de un prólogo denso y hermético. La participación de las sopranos y el barítono, dan un aura de majestuosidad en tooooodo el disco. Si bien Ginnungagap es un tema de lento pasar-seis minutos no son corrientes en bandas estándar-, sí posee la estructura para deleitarnos con lo mejor de la música sinfónica y el buen heavy metal-y que por lo menos en mí, aún hay ecos oscuros y ulteriores que proclaman death metal, pero en un grado más abstracto que sonoramente audible.
Un teclado-o quizá qué tipo de arreglo sea!-, da paso a (Old) Midgård : el mundo del Hombre. Un tema con guitarreos clásicos e interludios, voces femeninas delicadas y suaves, dan una sensación de esponjosidad a ratos, para largarse nuevamente con lo que caractirza a esta banda: su manera casi despótica de introducir de tal manera el metal en las composiciones, que hacen que lo que escuchamos no nos aburra y que al contrario, nos inspire.
Y surte acá, la magia que también Winterherz(Waldgeflüster) realiza con su Herbstklagen, pero de manera más acotada: pareciera ser que Asgård (The Bifrost Bridge) continúa el episodio de Midgård, aunque sean dos temas distintos: sigue siendo armonía complementada con un Bajo totalmente calmo y contínuo. Tanto Midgård como Asgård duran lo mismo: pareciera que escucháramos dos veces la misma canción, cosa que si una no está pendiente de cuándo termina la una y comienza el otro track, le adelanta la canción: el aporte monótono del disco, pero que no causa grandes estragos en su escucha a nivel general.
(Call Of) Jotunheim comienza con voces masculinas que ponen en la palestra la temática: el mundo de los Gigantes del Caos. Sinfónico y metalero a ratos: pero siempre en tonos graves.
Schwarzalbenheim (Svartalfheim) (Gold der Unterwelt): quizá sea la primera de dos canciones que realmente son dinámicas de principio a fin en todo el disco: en su comienzo, después del guitarreo y soberbia irrupción de una de las soprano, se torna medio lento el desarrollo del tema. Pero es un tema Brioso: es una canción que al estar en alemán-idioma bastante gallardo a mi juicio-, le da un toque de Imponencia. Ni hablar de las melodías tan vibrantes con que los violines acompañan al barítono. Es una complementación tal de voces y guiaterros que conjuran en cauteloso dinamismo.
Volvemos al grandioso efecto de sinfonía, coros, y guitarreos eléctricos como clásicos al unísono: Ljusalfheim (The Shining Ones), nos pone en el tapete, redundante y desbordante armonía: debo hacer un alcance: Svartalfheim es una contraposición a Ljusalfheim: la primera, como buen hogar de los enanos y gentes del mundo subterráneo-elfos negros, herreros, etc-, infiere Oscuridad: ambientes tenebrosos. En cambio la segunda, es la tierra de los seres luminosos: hadas y elfos: y eso musicalmente se traspasa.
Muspelheim (Gudaskymning): ecos desde la eternidad en voces masculinas dan pie a una composición donde las voces femeninas, altas y articuladas, dan un ritualístico espectáculo sonoro: calmo por momentos hasta que un riff pesado y galopante entre de lleno para dar paso a voces acuosas y coros potentes. Riffs rápidos, incluso hasta con toques power, y violines presurosos hacen de esta canción una serie de diálogos veloces.
Nifelheim (Dimmornas Värld): gran comienzo de altos y bajos vocales. Única canción en noruego, que nos plantea la temática del mundo del norte, del hielo, donde la semilla de la vida yace enterrada; al contrario de Muspelheim-que nos hablaba de las gentes del Sur, del calor, de la destrucción y de Surt, el gigante de fuego-. Un descargado riff acompañado de voz femenina es la ante sala al relato que pareciera, nos contaran los coros. Cuando de pronto, en pausados ritmos, nos invade una voz cantada con vejos a lo que podría, abstractamente, recordarnos al Christofer de Theli, cuando él mismo ponía su voz. Es un tema opaco musicalmente, el cual se lustra con la combinación de las voces femeninas como masculinas.
Vanaheim (Seed of Ing) : fértiles tierras cerca del Impetuoso Mar. Violines alegres, candentes y voces totalmente exaltadas nos dan paso a clásicas guitarras, melódicas, jocosas. Quizá contenga un aura de nostalgia. Es difícil de describir: pues en su jocosidad, se imponen los barítonos y guitarras pesadas en un "Vanaheim" a coro elevándose. ¿Zigzagueante?: yo más bien diría cíclico. Atención a los dos minutos y medio, pues comienza un despliegue virtuoso en guitarras y arreglos orquestados: si bien no es un riff pesado: es veloz, galopante: no cabe duda que guitarras acá se lucen en esplendor.
Helheim (Den dimhöljda) : un oscuro mundo en que la diosa de la muerte y la satisfacción musicalmente se traspasan: una intercalación de las líneas del barítono y la soprano-que pareciera ser la Diosa misma-, se luce sensual y déspota. Es un tema que comienza lento, pero que después, al ritmo y riffs orquestadamente metaleros, se desenvuelven libres y traviesos, con voces femeninas proclamadoras y los barítonos, se lucen acompañándolas, dando el preámbulo a lo que sería, el segundo tema dinámico del disco: Secret of the Runes (Epilogue): nos cuenta el secreto de las runas: escritos místicos, cargados de poder si se saben interpretar. Riffs melódicos y alegres, con coros decididos, nos acompañan toda la canción: es el tema más cercano a lo usualmente metalero que podemos inferir y que Therion nos ha mostrado que puede crear. No cabe duda a lo largo de todo el disco, el intenso y tremendo trabajo instrumental, tanto de la orquesta, como de los músicos de la banda.
Y para terminar, los dos bonus con covers de Scorpions y Abba. Prefiero musicalmente el segundo: me inspira más que el otro.
Como mencioné antes, es un disco que por lo menos a mí, me deja perpleja: esa complementación ígnea entre sinfonía clásica y la destreza y despliegue que el género del Metal, únicos en todas las formas que tiene de desplegarse a las distintas vertientes del género, hacen de Therion una de las bandas más completas en lo que a composiciones, arreglos e instrumentalización, se refiere. Agreguemosle además, las temáticas que a lo largo de su trayectoria, siempre han rondado en el mundo místico y oculto: magna música, inspiradora!....Quizá sea también por cómo gusto de los grandes compositores de la música clásica, que logro también digerir y procesar este tipo de música: es que a diferencia de otros oyentes del Metal, no sólo componen grandes éxitos y canciones extraordinarias, las bandas que más distorsión y bulla, meten, por decirlo de alguna manera.
Creo que el género del metal sinfónico, hay que saberlo aprovechar: si bien puede ser moda por el público autodenominado doom-gothic, debemos destacar la tremenda aportación que Therion hace a la música en sí. Sólo los reales cultores de la música logran captar la escencia y toda la virtuosidad y Genio que por lo menos, en este disco, nos fluye a borbotones.
Éste es uno de ellos. Y es que la delicadeza, la pomposidad, lo épico y el misterio que cada canción irradia, irradia también Genio. Advertencia: si buscas potencia y dinamismo, mejor abstenerse de ello por ahora y buscarlo en trabajos como los de Haggard en su Eppur si Muove, por ejemplo, claro, si buscas aquellos elementos en bandas de metal sinfónico: éste caso concreto, no lo es.
Desde Suecia-para variar-, Therion durante su época de apogeo, nos reveló un disco que muchos oyentes ajenos al metal sinfónico, o bien no lo logran digerir, o que es mal interpretado o simplemente: no lo saben escuchar.
Compuesto de once temas-y una versión que consta de trece, pues trae unos bonus con covers a Abba(Summernight City) y a Scorpions(Crying Days)-, Therion, y su mente brillante, Christofer Johnsson, en esta entrega, nos revela delicadeza en estado semi-puro.
Es un disco armónico, totalmente equilibrado y a veces suave: en ese sentido es más renacentista-si es por usar algún concepto-, que sus predecesores, Deggial, y es también, algo más Orquestado que Vovin, pero menos pesado que Theli: por lo menos para mí, es Metal Sinfónico inspirador.
La temática que nos presenta es el Árbol de los Mundos de la mitología nórdica, Yggdrasil: un viaje místico por cada uno de sus nueve mundos: sus entrañas, misterios y secretos.
Ginnungagap (The Black Hole) (Prologue), es un gran comienzo: guitarras secas, estribillos cortantes y los arreglos orquestales realmente inefables. Coros y voces que resuenan con un claro bajo al ritmo de un prólogo denso y hermético. La participación de las sopranos y el barítono, dan un aura de majestuosidad en tooooodo el disco. Si bien Ginnungagap es un tema de lento pasar-seis minutos no son corrientes en bandas estándar-, sí posee la estructura para deleitarnos con lo mejor de la música sinfónica y el buen heavy metal-y que por lo menos en mí, aún hay ecos oscuros y ulteriores que proclaman death metal, pero en un grado más abstracto que sonoramente audible.
Un teclado-o quizá qué tipo de arreglo sea!-, da paso a (Old) Midgård : el mundo del Hombre. Un tema con guitarreos clásicos e interludios, voces femeninas delicadas y suaves, dan una sensación de esponjosidad a ratos, para largarse nuevamente con lo que caractirza a esta banda: su manera casi despótica de introducir de tal manera el metal en las composiciones, que hacen que lo que escuchamos no nos aburra y que al contrario, nos inspire.
Y surte acá, la magia que también Winterherz(Waldgeflüster) realiza con su Herbstklagen, pero de manera más acotada: pareciera ser que Asgård (The Bifrost Bridge) continúa el episodio de Midgård, aunque sean dos temas distintos: sigue siendo armonía complementada con un Bajo totalmente calmo y contínuo. Tanto Midgård como Asgård duran lo mismo: pareciera que escucháramos dos veces la misma canción, cosa que si una no está pendiente de cuándo termina la una y comienza el otro track, le adelanta la canción: el aporte monótono del disco, pero que no causa grandes estragos en su escucha a nivel general.
(Call Of) Jotunheim comienza con voces masculinas que ponen en la palestra la temática: el mundo de los Gigantes del Caos. Sinfónico y metalero a ratos: pero siempre en tonos graves.
Schwarzalbenheim (Svartalfheim) (Gold der Unterwelt): quizá sea la primera de dos canciones que realmente son dinámicas de principio a fin en todo el disco: en su comienzo, después del guitarreo y soberbia irrupción de una de las soprano, se torna medio lento el desarrollo del tema. Pero es un tema Brioso: es una canción que al estar en alemán-idioma bastante gallardo a mi juicio-, le da un toque de Imponencia. Ni hablar de las melodías tan vibrantes con que los violines acompañan al barítono. Es una complementación tal de voces y guiaterros que conjuran en cauteloso dinamismo.
Volvemos al grandioso efecto de sinfonía, coros, y guitarreos eléctricos como clásicos al unísono: Ljusalfheim (The Shining Ones), nos pone en el tapete, redundante y desbordante armonía: debo hacer un alcance: Svartalfheim es una contraposición a Ljusalfheim: la primera, como buen hogar de los enanos y gentes del mundo subterráneo-elfos negros, herreros, etc-, infiere Oscuridad: ambientes tenebrosos. En cambio la segunda, es la tierra de los seres luminosos: hadas y elfos: y eso musicalmente se traspasa.
Muspelheim (Gudaskymning): ecos desde la eternidad en voces masculinas dan pie a una composición donde las voces femeninas, altas y articuladas, dan un ritualístico espectáculo sonoro: calmo por momentos hasta que un riff pesado y galopante entre de lleno para dar paso a voces acuosas y coros potentes. Riffs rápidos, incluso hasta con toques power, y violines presurosos hacen de esta canción una serie de diálogos veloces.
Nifelheim (Dimmornas Värld): gran comienzo de altos y bajos vocales. Única canción en noruego, que nos plantea la temática del mundo del norte, del hielo, donde la semilla de la vida yace enterrada; al contrario de Muspelheim-que nos hablaba de las gentes del Sur, del calor, de la destrucción y de Surt, el gigante de fuego-. Un descargado riff acompañado de voz femenina es la ante sala al relato que pareciera, nos contaran los coros. Cuando de pronto, en pausados ritmos, nos invade una voz cantada con vejos a lo que podría, abstractamente, recordarnos al Christofer de Theli, cuando él mismo ponía su voz. Es un tema opaco musicalmente, el cual se lustra con la combinación de las voces femeninas como masculinas.
Vanaheim (Seed of Ing) : fértiles tierras cerca del Impetuoso Mar. Violines alegres, candentes y voces totalmente exaltadas nos dan paso a clásicas guitarras, melódicas, jocosas. Quizá contenga un aura de nostalgia. Es difícil de describir: pues en su jocosidad, se imponen los barítonos y guitarras pesadas en un "Vanaheim" a coro elevándose. ¿Zigzagueante?: yo más bien diría cíclico. Atención a los dos minutos y medio, pues comienza un despliegue virtuoso en guitarras y arreglos orquestados: si bien no es un riff pesado: es veloz, galopante: no cabe duda que guitarras acá se lucen en esplendor.
Helheim (Den dimhöljda) : un oscuro mundo en que la diosa de la muerte y la satisfacción musicalmente se traspasan: una intercalación de las líneas del barítono y la soprano-que pareciera ser la Diosa misma-, se luce sensual y déspota. Es un tema que comienza lento, pero que después, al ritmo y riffs orquestadamente metaleros, se desenvuelven libres y traviesos, con voces femeninas proclamadoras y los barítonos, se lucen acompañándolas, dando el preámbulo a lo que sería, el segundo tema dinámico del disco: Secret of the Runes (Epilogue): nos cuenta el secreto de las runas: escritos místicos, cargados de poder si se saben interpretar. Riffs melódicos y alegres, con coros decididos, nos acompañan toda la canción: es el tema más cercano a lo usualmente metalero que podemos inferir y que Therion nos ha mostrado que puede crear. No cabe duda a lo largo de todo el disco, el intenso y tremendo trabajo instrumental, tanto de la orquesta, como de los músicos de la banda.
Y para terminar, los dos bonus con covers de Scorpions y Abba. Prefiero musicalmente el segundo: me inspira más que el otro.
Como mencioné antes, es un disco que por lo menos a mí, me deja perpleja: esa complementación ígnea entre sinfonía clásica y la destreza y despliegue que el género del Metal, únicos en todas las formas que tiene de desplegarse a las distintas vertientes del género, hacen de Therion una de las bandas más completas en lo que a composiciones, arreglos e instrumentalización, se refiere. Agreguemosle además, las temáticas que a lo largo de su trayectoria, siempre han rondado en el mundo místico y oculto: magna música, inspiradora!....Quizá sea también por cómo gusto de los grandes compositores de la música clásica, que logro también digerir y procesar este tipo de música: es que a diferencia de otros oyentes del Metal, no sólo componen grandes éxitos y canciones extraordinarias, las bandas que más distorsión y bulla, meten, por decirlo de alguna manera.
Creo que el género del metal sinfónico, hay que saberlo aprovechar: si bien puede ser moda por el público autodenominado doom-gothic, debemos destacar la tremenda aportación que Therion hace a la música en sí. Sólo los reales cultores de la música logran captar la escencia y toda la virtuosidad y Genio que por lo menos, en este disco, nos fluye a borbotones.
- "Ginnungagap (Prologue)"
- "Midgård"
- "Asgård"
- "Jötunheim"
- "Schwarzalbenheim"
- "Ljusalfheim"
- "Muspelheim"
- "Nifelheim"
- "Vanaheim"
- "Helheim"
- "Secret of the Runes (Epilogue)"
Edición Digipak
La edición Digipak contiene dos bonus tracks:
- "Crying Days" (Scorpions cover) - 4:32
- "Summer Night City" (ABBA cover) - 4:55
Edición limitada
La edición limitada contiene también dos bonus tracks:
- "The Wings of the Hydra (live)"
- "Black Sun (live)".
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