viernes, 26 de abril de 2013

Review Absu en Chile, from Necrosystem (13/11/2012).



A los que asisten a los shows producidos por Weapons Of Conquest, saben a lo que van; actos subterráneos de apertura y alta calidad, bandas principales casi imposibles de verlos en nuestro país y horarios bien nocturnos que en su suma otorga espectáculos que brillan por su oscuridad y los sonidos acuñados bajo el alero de Satán. Todo ello se cumplió al pie de letra con Valefar. La sorpresa tras Hades Archer. Y el primer show en más de dos décadas por parte de los clásicos Death Yell. Sin olvidar la performance oscura de Absu. Repasemos.

Valefar:

Lo característico de este tipo de shows es la variedad de agrupaciones del nicho extremo que pocos conocen y otorgan buenas impresiones, ya que a las 20:55 la banda Valefar sorprende con su black metal trabajado e interesante.

“Abominate The Temple Of Misery” y “Proclamación De Odio Y Blasfemia” relucen inspiración en la suciedad emergida desde las referencias de Carpathian Forest, tanto en su preocupación por la música, como por el énfasis en su estética, aunque algo predecible en los quiebres, aquello no quita revoluciones a los temas.

“Demonic Rites” y “Drowned In Blood” no quita pie en el acelerador recordando los mejores tiempos de Panzer Division Marduk (1999) o la blasfemia a cargo de Satanic Warmaster. Otro que tomo por sorpresa fue “Buried By Time And Dust”, uno de los buenos de su set. Finalmente por un tubo corren “La Ira Del Chivato”, “Where Thoughts Lay In Darkness” y la canción que da nombre a la agrupación cerró un impecable show de sucio y poco santo Black Metal. 100% recomendables.

Hades Archer:

De black metal a secas, proyectos como estos son bien escasos. El misógino dúo nacional Hades Archer, fue la carta interesante de la noche basados en su instrumentación a cargo de guitarra y batería, tal cual.

La ejecución casi completa de su placa debut For The Diabolical Ages (2011) dio la sorpresa con riffs densos, heavy maligno de cuna y oscuros pasajes monolíticos, pese a que ver a sólo dos actores en escena, nuestra costumbre al formato banda puede chocar, pero que en la practica llama poderosamente la atención demostrado en el público que de a poco comenzó a llenar el segundo piso de San Diego 334.

Su apariencia nihilista parecida a la de Sunn O))) se complementa en los triggers sin misericordia que llena espacios a falta de las cuatro cuerdas de bajo. El único punto que desfavorece a Hades Archer es la falta de experiencia en escenarios, pues varias veces por dar concentración a la guitarra omitía la dirección vocal siendo poco perceptible las liricas de la misma.

Con el pasar de los minutos obtuvieron la confianza del público aumentando el beat de sus composiciones logrando levantar puños y mover melenas al finalizar su set list a eso de las veintidós horas. La sorpresa de la noche.

Death Yell:

Al menos en el flyer no aparecía, pero a estas alturas da lo mismo. A la altura del acto principal, los comandados por Galleta (una de las voces más atípicas del death metal), Death Yell, aparecían en el comunicado final de este pequeño fest. Golazo de mitad de cancha y momento histórico fue lo vivido en el corto list de cinco temas que tras 22 años sin asomar la nariz, vuelven a tomar el sitial de los nostálgicos de la Sala Lautaro -que no eran pocos esa noche- a las 22:20.

“Vengeance For Darkness” trae de vuelta esas canciones tipo rehersal de grado rasposo e instintivo al igual que “Confessions After Death” que no varía en ni un tono al original creada a finales de los ochenta. A Galleta se le ve feliz, muy feliz de hecho, como niño con juguete nuevo, un nuevo aire necesario cuando ya pasas los cuarenta años, mejor aun cuando hechas a andar la maquina abandonada tras su privilegiada garganta en tracks que saca lagrimas desde el recuerdo del intercambio de tapes TDK con “Heavenly Injustice”, la lúgubre “Victim Or Hangman” y finalmente “Soulless”. Histórico por donde se le mire.

Absu:
Con la participación de Death Yell, la vara estaba alta, y sin desmerecer la elección de sus anteriores colegas, todas dejaron calentito a la asistencia. Sin embargo, los tejanos tuvieron un show de más a menos. Al borde del nihilismo, la banda pasó pista a pista su catalogo, mientras se forman los primeros body surfings y mosh de la noche a tablero vuelto.

Respuestas intensas que se fueron desvaneciendo mientras su set de doce tracks pasa bajando revoluciones entre la gente: la hora, el cansancio, día martes, muchos factores pudieron influir. En fin, las composiciones se marcan en los matices que generan el juego de cymbals y la gran técnica a cargo de su miembro fundador Sir Proscriptor McGovern.

Pese a los acoples y la inentendible voz de su líder, Absu pasa la prueba del sonido (más no se le puede exigir, es 334). Las guitarras disonantes y su introvertida actuación acorde a su tendencia producen pogos de incesantes movimientos.

La semilla black de principios de los noventa aun queda germinando en los acordes sin mesura de “Manannan”, “Swords And Leather”, “Abraxas Connexus”, “Highland Tyrant Attack” y la que cerró la velada a las 00: 35, “The Coming Of War”. Debut de dulce y agraz.



GALERÍA FOTOGRÁFICA Y FUENTE.

 

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